En el caso de Maracaibo, se observan avisos publicitarios que ofertan: “Zona sur: Vendo apartamento de 90 m2, dos habitaciones, dos salas de baño, cocina empotrada, sala comedor, un puesto de estacionamiento que cuesta Bs.F. 290.000, en el sector Pomona”. En otro anuncio casi similar se lee un aviso con sólo tres características diferentes del inmueble, entre ellas que está ubicado en la avenida 2, El Milagro sector “privilegiado”; pero el precio es de Bs.F. 570.000 . La descripción de la estructura física es la de una vivienda que, generalmente, aspira a tener una familia de clase media baja en Maracaibo, con ingresos de Bs.F 5.500 al mes, pero para la que el subsidio que aporta el Gobierno nacional no es aplicable, ni al primer precio ni al segundo. El escenario se muestra por una razón: “El subsidio habitacional está rezagado desde el 2008, cuando se publicó la tabla referencial, se lo han tragado dos años de inflación”, según el vicepresidente de la Cámara Inmobiliaria de Venezuela y presidente del mismo organismo en el Zulia, Carlos González. Además de que el subsidio, que varía desde Bs.F 25.300 hasta Bs.F Bs.F 46.000, es otorgado sólo a familias con ingresos salariales mensuales no mayores a Bs.F. 2.600. “No puedo acceder al beneficio por tener un ingreso superior al establecido, y en el supuesto caso de que pudiera sería con el aporte más bajo que son 25.300 bolívares, (…) aún cuando el precio de la vivienda que quiero es de Bs.F. 275.000”, dijo Alejandra Daza, trabajadora social. Un planteamiento parecido aqueja a Robert Saavedra, funcionario público: “El subsidio se pierde entre los precios de las viviendas. Para tener el beneficio tengo que declarar mi solicitud sólo con mis ingresos, porque si los sumo a los de mi esposa pierdo el aporte. Además si escojo tener el subsidio entonces el banco presta menos dinero.
La situación se vuelve un círculo en Maracaibo, en donde el precio por metro cuadrado de las viviendas oscila entre 4.000 y 9.000 bolívares, casi un 200% menor a los precios en Caracas, en donde el metro cuadrado puede llegar hasta 25.000 bolívares, según la zona.
“Sería muy bueno aumentar los subsidios. Eso pudiera ayudar a que las personas puedan estar en capacidad a su condición. En Maracaibo lo más económico que estamos manejando son apartamentos de 60 o 70 metros cuadrados a un precio de 280.000 en zonas populares o extraurbanas. También hay casitas alrededor de 230.000 bolívares”, especifica González, al referirse al mercado primario.
El vicepresidente de la CIV resalta que al otro lado de Maracaibo los precios varían y que el metro cuadrado llega hasta 9.000 bolívares. Es decir, el apartamento que en el sector Los Haticos, por ejemplo, cuesta 280.000 en Tierra Negra tiene un costo de 650.000 bolívares.
“Ni el subsidio más alto, de 46.000 Bs, alcanza para la adquisición de una unidad familiar. Todavía así, el comprador debe buscarse gran cantidad de dinero para la inicial. Si se quiere comprar una vivienda de 300.000 bolívares, que es un precio promedio, se puede obtener un crédito de Bs.f 100.000 —que es la cantidad que presta el banco acorde al subsidio que corresponda según el ingreso, supóngase que es el de Bs.F. 25.300.
Aún así, el comprador tendría que buscar más de la mitad de lo que cuesta el inmueble. El subsidio debe actualizarse acorde a la inflación que tenemos”, detalla González.
“Habría que fijar el subsidio a través del salario mínimo y no de la unidad tributaria. La escala más alta del subsidio se la daría a un sólo salario o menos del salario. El banco presta menos a quien tiene mayor subsidio porque se presta la cantidad para la que el comprador tenga capacidad de pago. Pero también los créditos de la banca tendrían que ajustarse”, propone el diputado Raficc Souki, miembros de la comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional.
El parlamentario asegura que el mercado inmobiliario debe revisarse, pues los precios de las viviendas se han disparado por la inflación y la especulación. “Habría que abaratar los costos. Asimismo, es cierto que no pueden prestar una cantidad que el comprador no tenga capacidad de pagar”, reflexiona.
El Gobierno nacional en la actualidad tiene entre sus prioridades ofrecer respuestas habitaciones a los más necesitados, en riesgo y a la clase media, para lo que convocó a constructoras y bancos privados a incorporarse a solucionar el problema.
Lo cierto es que los subsidios están estancados y no están diseñados para quienes puedan ganar un poco más de los acordado en una tabla que refleja que a mayor sueldo más préstamo del banco, pero menos o nada de aporte gubernamental. El aporte parece haberse creado para compradores con muy bajos recursos, pero que al parecer no tienen tampoco la capacidad de adquirir una vivienda en este mercado en el que, evidentemente, los precios no se han quedado rezagados desde 2008, por el contrario subieron como la espuma y están casi inalcanzables por el trabajador promedio.
Fuente: Panorama
No hay comentarios:
Publicar un comentario